ENVEJECIMIENTO
Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países.
El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.
DATOS IMPORTANTES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
Ø La población mundial está envejeciendo rápidamente.
Ø El número de personas de 80 años o más se cuadruplicara en 2050 y el 80 % de las personas de edad vivirán en países de ingresos medianos y bajos.
Ø Los principales problemas de salud que afectan a las personas de edad se deben a las enfermedades no transmisibles.
Ø Las personas de edad que viven en países de ingresos bajos y medianos soportan una carga de morbilidad más elevada que las que viven en países ricos.
Ø La necesidad de suplir la atención de larga duración está en aumento deliberadamente.
Ø La prestación de servicios eficaces de atención primaria de salud a nivel comunitario para las personas de edad es crucial.
Ø Los entornos estimulantes para las personas de edad y adaptados a sus necesidades permiten que ellos en durante este ciclo vital gocen de una vida más plena y maximizan su contribución con la sociedad.
Ø El envejecimiento saludable empieza con hábitos saludables en los anteriores ciclos vitales.
¡COMO MEJORAR ESTO¡
Ø Por medio de la instauración de pensiones básicas pagadas por el Estado que permitan proteger a las personas mayores de la pobreza extrema.
Ø Con la prestación de cuidados primarios de salud y la creación de mecanismos para apoyar la asistencia a largo plazo de quienes padezcan pérdida de funciones o pertenezcan a este grupo etareo.
TENDENCIA DEL ENVEJECIMIENTO
En los últimos cinco decenios se han logrado en todo el mundo extraordinarias mejoras en lo referente al estado de salud de los adultos. El riesgo de morir entre los 15 y los 60 años ha disminuido sustancialmente, de una media mundial de 354 por cada 1000 habitantes. La desaceleración registrada en los últimos tiempos en el ritmo de descenso es una clara advertencia de que no va a ser fácil lograr una reducción continuada de la mortalidad adulta, particularmente en los países en desarrollo.
Existen diferencias sustanciales en cuanto al ritmo y la magnitud de las tendencias a la baja registradas en relación con la mortalidad prematura en la edad adulta, y ello tanto entre hombres y mujeres como entre las distintas regiones del mundo.
El frágil estado de la salud adulta, en medio de un clima general de inestabilidad social, económica y política, también es patente en numerosas regiones países y otros continentes.
Además de los dichos hábitos de salud que incluyen la alimentación, el grado de actividad física y los niveles de exposición a riesgos para la salud como los provocados por el tabaco, el consumo nocivo de alcohol o la exposición a substancias tóxicas. Con todo, nunca es tarde para empezar: por ejemplo, si alguien deja de fumar entre los 60 y los 75 años de edad, el riesgo de que muera de forma prematura disminuye en un 50%.